viernes, 30 de abril de 2010

Veintinueve de abril

Hola a todos.
Con ocasión de las fiestas de San Pedro Mártir que se celebraban en Las Palmas de Gran Canaria en los meses de abril de aquellos lejanos años de mi juventud tenía lugar la procesión cívico-religiosa con el Pendón de la Conquista. Cuando las fiestas, que eran las únicas de la ciudad, según creo, dejaron de celebrarse porque otras más multitudinarias vinieron a sustituirla, siguió la costumbre de seguir paseando el Pendón por las calles cercanas a la catedral de Santa Ana con el boato de la presencia de las Autoridades militares y civiles. Hasta que un año, en 1984 según rezan las crónicas, un grupo de personas vestidas con pieles de cabra, como si de antiguos canarios se tratara, se movilizaron, atándose con cadenas a las farolas de la Plaza Mayor que tiene a un lado el Ayuntamiento y al otro la Catedral, protestando de tal forma por la manifestación de respetuoso recuerdo a una parte de la pequeña historia del mundo, que es a su vez gran historia de Gran Canaria. No sé si el acto de repulsa tuvo lugar solamente en el año aludido o si fueron varios años seguidos los de las protestas. Lo cierto es que la procesión con su simbolismo dejó de celebrarse. Quedó así borrada una tradición de cinco siglos que se remontaba a 1483, en el que un día 29 de abril, la isla quedó incorporada a la Corona de Castilla. Y como ocurre en todos los hechos de armas, en esta incorporación, con la rendición inevitable y dolorosa de los canarios, hubo vencedores y vencidos.

Néstor Álamo, pregonero de pro, dejó escrito unos años antes, en sentidas palabras de alabanza:

"No debiéramos iniciar estas palabras, este Pregón de las Fiestas de San Pedro Mártir de 1954, sino con la ritual excusa por nuestra osadía al enfrentarnos con el tema. La justificación, que aceptaríamos en lo que toca a nuestra falta de auténticas facultades para resolver la empresa, la rechazamos ante la sospecha implícita de una falta de amor y devoción hacia nuestra tierra; hacia su pasado, hacia sus glorias y sus tristezas".

Por otra parte, y de otro grancanario, en este caso de poeta Francisco Tarajano, que llegó a ser puesto en prisión en una protesta contra el paseo del Pendón de la Conquista de la ciudad de Las Palmas, el 29 de abril de 1984, tenemos este poema:


Es cosa de pesadilla
y de perfidia reflejo
que al trofeo de Castilla
aun se le rinda cortejo.

Un poeta de la Villa
viendo pasar en festejo
al virrey y su pandilla
dijo con rabia y gracejo:

"Es vil e infame mancilla,
que a un guanche deja perplejo".

¿Debiéramos seguir celebrando la procesión cívico-religiosa? Lo cierto es que la nuevas generaciones no conocen la significación de la efemérides que representa el 29 de abril en Gran Canaria ni saben de la existencia del Pendón de la Conquista que se conserva en la Catedral. En una encuesta personal obtuve un ciento por cien de respuestas negativas y pienso que, ya que no podemos cambiar la Historia, no estaría de más que supiéramos de ella. Por ello doy mi voto particular a favor de que el Pendón vuelva a lucir con esplendor y boato por las calles de Vegueta.

Te deseo un buen día.

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