Hola a todos.
Estoy por asegurar que los responsables del XIV Festival de Teatro, Música y Danza de Las Palmas se aplicaron con todo esmero y dedicación plena para que el aforismo que dice que bien está lo que bien acaba se cumpliera una vez más. Fue un final feliz el de anoche con el concierto ofrecido por la Camerata Clásica de Canarias con obras de Mozart y de Beethoven. Sonaron en el Parque de Santa Catalina, al aire libre, nada menos que los acordes del Concierto para piano número 5 'Emperador' del genial sordo, y la Sinfonía número 35, y la Obertura de la ópera Don Giovanni, de Mozart. El viejo parque, acondicionado con un teatro y unas gradas para un numeroso público fervoroso, tuvo que sentirse conmovido por servir de recinto popular para estas representaciones del mejor Arte.
Y si bueno estuvo este final igual de bueno fue el espectáculo anterior con las Estrellas del New York City Ballet. En este caso con música de Chopin, de Stravinsky, de Gershwin, y de otros compositores para mí desconocidos, pudimos gozar de la Danza de este grupo de jóvenes que nos llegó desde América. Bellísimas composiciones sobre un escenario sobrio que realza los movimientos de los bailarines y de las hermosas bailarinas. Quiso ser esta obra un homenaje al desaparecido Ray Charles y su Big Band, y así tuvimos un apoteósico final en el cierre del espectáculo con canciones de este gran músico que dio ocasión a una coreografía alegre y divertida.
Mención especial merece la participación de dos excelentes pianistas en estos eventos: Ivón Frontela, nacida en La Habana, nos deleitó con las mazurcas y un vals de Chopín con el neoyorkino cuerpo de ballet; a Javier Negrín, joven canario de Santa Cruz de Tenerife, le correspondió sorprendernos en el concierto de Beethoven con la Camerata de Canarias.
A todos ellos, y a quienes promueven estos espectáculos, mil gracias.
Te deseo un buen día.
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