jueves, 11 de agosto de 2011

En horario de tarde

Hola a todos.
Las horas en Las Canteras discurren lentamente con esa parsimonia que hemos copiado los naturales y que por aquí llamamos pachorra. Tras el almuerzo y ya en horario de tarde, cualquier observador que en la playa estuviera podría encontrar dos mundos diferenciados entre la zona baja -la arena y el mar- y la zona alta, o sea, la avenida:
abajo, los playeros siguen apaciblemente en sus cosas disfrutando del baño o del paseo por la orilla o del juego de pelotas o raquetas o de estar tumbados al sol, leyendo o no, charlando o no, o jugando con las olas en tablas de surf, algunos, muchos, como jinetes de caballos encantados, o echando por enésima vez, algunas, muchas, en corro y arropadas por sombrillas, las diarias partidas de cartas... y el bingo; mientras, arriba, los paseantes se han ido
incorporando poco a poco al desfile diario que discurre
como un río de ida y vuelta por una pasarela hermosa de más de tres kilómetros de longitud.

En horario de tarde las horas son iguales pero son distintas. El sol ha tomado su camino hacia el ocaso y los rayos comienzan a venir oblicuos desde el mar. Las terrazas, con las sombrillas abiertas, van acogiendo cada vez más a más clientes ansiosos de una cerveza, de un cortado, o de un refresco que compartir, como excusa necesaria, en conversaciones intrascendentes del verano. Cualquier observador atento que por aquí estuviera notaría el cambio en la vestimenta de hombres y de mujeres; en ellos lo apreciaría menos, pero e
en ellas, en las señoras y jovencitas, vería que visten ahora atuendos menos deportivos, aunque sigan
siendo veraniegos e informales.

Nuestro observador atento podría encontrar junto a las señoras guapas y a las señoritas
hermosas grupos de mayores sentados en los bancos de la avenida gozando al sol el paso de los días, y podría encontrarse con niñas y niños en patines luciendo sus habilidades, y con jóvenes y no tan jóvenes de ambos sexos corriendo carrera de atletas, mostrando en piernas, brazos y hombros sudorosos sus recios músculos marcados en muchos casos con sugerentes tatuajes.


Te deseo un buen día.

2 comentarios:

José dijo...

Hola ¿amigo? visitado el blog de mi amiga Chelo, he visto tu comentario y me ha servido de enlace para visitar tu blog “De mayores” donde, como bien dices se puede hacer, pensar y sentir, libres de ataduras laborales y con espirito joven aprender siempre algo nuevo. Me ha gustado como detallas la situación de lugar de tus narraciones, pareciendo que uno es parte integral de la exposición, y como me gusta esta clase de expresión te seguiré.
Un abrazo

Power point dijo...

Muy buenas fotos, felicidades por tu blog!