martes, 16 de agosto de 2011

Petición razonable

Hola a todos.
Sufrimos o gozamos, según cada uno lo interprete, las pinturas y los escritos, los buenos dibujos o las mamarrachadas que los grafiteros de turno se empeñan en dejar por todas partes desde hace ya bastante tiempo. Si lo miramos bien los primeros en practicar el bello arte de dejar constancia de su paso por este mundo fueron nuestros antepasados europeos que en las cuevas de Aurignac, Lascaux o Altamira, por citar los sitios más emblemáticos, supieron plasmar lo que más a mano tenían ante sus ojos, y ante sus rústicas armas, y no sólo eso, seguramente, sino lo que los animales suponían para ellos en un plano más espiritual.

Pinturas en la cueva de Lascaux (Francia)

Los grafiteros de ahora que no necesitan -no necesitamos- cazar para comer tienen otros elementos con los que decorar o manchar las paredes de calles y plazas, los pedestales de las estatuas, los edificios emblemáticos y sencillas casas, los sitios más concurridos y aquellos -los menos- por donde no transita nadie. Para ellos no significa nada la gloria futura. Para ellos la gloria inmediata es lo que da validez a su arte y por ello se afanan por pintar, por dibujar, por emborronar y por escribir en cualquier superficie pública a su alcance.

Al pasar en la guagua por el barrio capitalino de Las Rehoyas (barrio de casas de cuatro pisos humildes y muy pequeñas de gente trabajadora, construidas antes de la Democracia) mis ojos no pueden dejar de mirar una esquina de una casa, situada en lo que algún capitoste llamó plaza sin acierto y con muy mala uva, para volver a leer lo que un grafitero con acierto y bondad dejó escrito:
¡¡ NO HAGAS EL LOCO ¡¡ FRENA !! Y QUIERE UN POCO DE VIDA!!
Petición razonable de alguien que quizás sabe por desgracia en propia carne de lo que está hablando. Les aseguro que es el grafiti que pondría yo, como obra de arte sabio, junto a las pinturas paleolíticas de nuestros sabios y queridos antepasados.

Te deseo un buen día.

3 comentarios:

José dijo...

Hola Ángel, los grafiteros que algunos de ellos incluso se creen “artistas” debería empezar (y terminar) por decorar el interior y el exterior de sus casas con su “arte” y cobrar un entrada por visita, seguro que se hacen ricos.
Un abrazo

* Inés * dijo...

Cierto es que los graffitis adornan los muros, pero hay compulsos que los ponen en sitios inadecuados.
He visto en la calle verdaderas obras de arte, en sitios impropios y fueron borrados al tiempo.
Frase bella la que propones, estoy contigo.
Son las menos, pero soy de la opinión de saborear cada minuto del día.
Un saludo cordial.Animo con tu blog.

Oti dijo...

Yo también me enfadaba mucho cuando veía alguna "pintada" en los muros de la ciudad, hasta que me enteré de que en Pompeya se han encontrado bastantes, subiditos de tono y con insultos entre vecinos, del estilo de "fulano es tonto" y cosas así. El ser humano es el mismo desde hace mucho tiempo, solo ha cambiado la tecnología.