viernes, 20 de junio de 2008

Desigualdad

Hola a todos. He terminado de leer la obra de Concha Espina titulada 'La Esfinge Maragata'. Novela en la que se narra una triste historia de amor en el país de los maragatos "pueblo enigmático y oscuro, enclavado en la paramera de León, y como desprendido de un misterioso origen o de una remota progenie". Historia de una niña que, criada en un ambiente totalmente distinto, cerca del mar, tiene que volver al lugar de origen de su padre y a sus costumbres, al quedar huérfana de madre. Lugar en el que solamente malviven mujeres, viejos y niños pequeños, pues los mayores y los hombres se ven obligados a emigrar a otros sitios de España y de América.



Son las mujeres quienes en este "país incógnito y huraño, tosca reliquia de las viejas edades, remanso pobre y oscuro de los siglos de hierro" han de trabajar duramente en las labores del campo, preparando el terreno, abriendo surcos para que llegue el escaso caudal de agua, recolectando la mies y recogiendo las gavillas bajo un sol en la plenitud de sus rayos. País en el que los matrimonios se acuerdan entre los padres para casar entre a los primos entre sí sin que éstos se conozcan ni enamoren. Tal el caso de Mariflor, la heroína que después de luchar contra lo ya establecido por las costumbres, hasta ahora nunca modificadas, de los suyos, ha de pagar, también, tributo a su origen, vistiéndose, para siempre, de renunciamiento y de silencio, como una más de las 'esfinges maragatas'.

Se desarrolla la historia en Valdecruces, pequeña aldea con "calzadas escabrosas, rúas cenicientas, miseras cabañas, casucas de adobes, techumbres de balago..." Aldea a la que los hombres regresan una vez al año a cumplir con su papel fecundador para que no se extinga la raza, a lo que se avienen las mujeres que sólo conocen la obligación de la esposa que debe concebir, sin concesión alguna a otros sentimientos. Esposas que en agosto cuando sus hombres vuelven, dejando a un lado mansamente el cansancio por el trabajo realizado durante todo el resto del año, les agasajan y sirven y así, "como si el aguijón del servilismo se le hundiera en la carne más brioso que nunca, fuerzan las maragatas el impulso mecánico de sus energías, exaltan la pasiva corriente de sus humillaciones, y en absoluto renunciamiento a toda beligerancia social, se quedan al margen de la vida, fuertes, ignorantes, insólitas, ofreciendo "a los amos", con el más primitivo de los gestos serviciales, la visión placentera de los hijos criados y felices, de la mesa servida y colmada, del campo fecundo y alegre".

Es un libro éste profundo, muy interesante, fácil de leer y ameno a pesar del tema tratado. De lectura aconsejable, en mi opinión, en estos tiempos en que para algunos aún no ha llegado la hora de la igualdad entre mujeres y hombres.

Te deseo un buen día.

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