jueves, 7 de agosto de 2008

Tabla Flamenca

Hola a todos. Estamos alojados en El Cabo, un pequeño hotel muy bien situado entre las casas. Cerca de los restaurantes y de las tiendas que están en primera fila de playa. Es un hotelito de poco tiempo, a lo sumo tres años, y tiene una treintena de habitaciones. Cómodo y limpio con un comedor ajustado a su tamaño en el sótano al que un patio de luz da la suficiente claridad y encanto. Desayunamos despacio, preparamos las maletas, (ha sido nuestra última noche de estancia) y nos encaminamos a la ermita de Nuestra Señora de las Nieves. Casi siempre vemos la ermita con las puertas cerradas así que ha sido una suerte en estos días ver el sagrado recinto. Es una pequeña nave con pocos bancos para los fieles, unos barcos diminutos colocados en las traviesas, paredes blancas, y en la principal el tríptico. Forman éste una tabla flamenca con otras dos, una a cada lado y en la central aparece sentada la Virgen mirando amorosamente a su Hijo que tiene sobre su rodilla izquierda. El traje de la Virgen tiene un suave color verde, y rojo claro o color de la granada es el de su manto. El Niño semidesnudo está con una ropita, quizá pañales. En el fondo del cuadro se vislumbra unas ventanas y en medio una enseña ricamente pintada.






Hoy tiene la ermita misas a las nueve y diez de la mañana. Dentro cabe pocos fieles así que muchos quedamos en el patio exterior o en la calle. Al finalizar la misa de diez esperamos por la salida de la procesión. El pequeño trono, acondicionado para llevar la Tabla de la Virgen, tiene dos ángeles que la sustentan. Sale del templo y durante un rato lo acondicionan pues la pequeña puerta no permite el que lo hagan dentro: colocan las alas a los ángeles, elevan el trono, ponen candelabros, jarrones con gladíolos blancos, unos paños de terciopelo que cubre la parte baja. Todo ello diligentemente, con amor, mira la gente del patio mira expectante. Una vez concluido el acondicionamiento el trono baja unos escalones hasta llegar a la calle. Se oyen voces de mando militar, suena el Himno Nacional, toca la campana y se oyen gritos de Vivas a la Virgen.









La procesión se pone en marcha porque como todos los años llevan a la imagen de Nuestra Señora de las Nieves a la iglesia de la Villa. Es un recorrido corto de dos kilómetros en el que el trono va arropado por los feligreses mientras la Banda de Agaete, a la que hemos oído tocar muchas veces música alegre de baile y jarana, va acompañando con música, esta vez, religiosa al igual que hace un rato había tocado el Himno Nacional. A la entrada al pueblo la gente ha ocupado todo posible sitio para ver el Encuentro. Porque desde la iglesia ha salido el trono con San José al encuentro de la Virgen cerca del puente viejo. Suenan volador tras volador como descarga de Honores. Luce engalanadas las calles, se incorporan las Autoridades y se sigue hasta el frontis de la iglesia. San José a un lado dando paso y la Virgen bajo la puerta principal. Un grupo de señoras ataviadas de marineras cantan el Himno a la Virgen acompañadas este año, -porque le toca-, por la Banda de Guayedra. Una monumental traca en la plaza frente a la iglesia resuena, mientras el ambiente se llena de humo y un fuerte aplauso da por finalizado el estruendo.





Quedará la Tabla de la Virgen expuesta en la iglesia a la adoración de los fieles hasta volver en la Rama Chica a su ermita. Mientras su himno se seguirá oyendo cantado por estas gentes de Agaete que vibra con las fiestas y con la devoción a su patrona.



Dios te salve Madre de Las Nieves,
llena tú de la gracia de Dios,
vida, dulzura, esperanza nuestra,
Madre del Divino Redentor.


Dios te salve Virgen marinera,
guía y luz de los hombres del mar,
que hacia Ti dirigen sus plegarias
en su rudo faenar...


Te deseo un buen día.

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