martes, 30 de septiembre de 2008

Hermanos Millares

El que pierde un burro
Y jalla una cabra
Cuatro patas pierde
que cuatro patas gana.


Hola a todos. Los hermanos Millares Cubas, Luis y Agustín, tienen dedicada una plaza a su memoria. Esta plaza, cuyo contorno semeja casi un triángulo rectángulo con la hipotenusa a la avenida de Escaleritas y uno de sus catetos a la calle Obispo Romo, está abierta al poniente y desde ella puede apreciarse las bonitas puesta de sol. Tiene una fuente con seis surtidores y altas palmeras además de otros muchos árboles que hacen del conjunto un espacio privilegiado.



Nació don Luis Millares en Las Palmas en 1861 y su hermano Agustín en 1863 siendo en total diez los hermanos. Estudiaron bachillerato en el colegio de San Agustín y tuvieron que trasladarse a Tenerife para examinarse de Reválida. Más tarde fueron a Barcelona a cursar sus respectivas carreras universitarias: Medicina, Luis, y Derecho además de Filosofía y Letras, Agustín. El uno fue como médico al Hospital de San Martín y muchos años después fundaría la clínica Millares (llamada después de San Roque), mientras su hermano se dedicaba en varios sitios al ejercicio de su profesión terminando por obtener la plaza de Notario que por enfermedad dejaba su padre don Agustín Millares Torres.


Ambos hermanos, en el tiempo libre que les deja sus trabajos profesionales, se dedican a su afición a la escritura. Ya en 1894 habían iniciado una serie de cuentos que titulan De La tierra canaria, y tiempo después, otros titulados Canariadas de antaño que pueden ser considerados como un precedente de los Cuentos Famosos de Pepe Monagas de Pancho Guerra, por ser éstos jocosos, costumbristas y con anécdotas del pueblo llano y sencillo. Leo en alguno de ellos esta frase que seguramente es desconocida para la juventud pero que yo oí alguna que otra vez: Ir a freir bogas al toril, y en otra parte esta otra con sabor a mojo canario: Y aluego, darle la gran jentina pa que aprenda.


Los hermanos Millares que murieron en los años 25 y 35 de la centuria pasada dejaron escrito un cuento que por oírlo yo de mayor creí era de este tiempo. Lo titulan ellos La Panadería y quizás lo conozcas: trata del grupo de amigos que al querer ir de pesca, además de las cañas y demás útiles para tal deporte, se ponen de acuerdo para llevar algo de bebida; uno pone un tostón para vino, otro dos fiscas para ginebra, aquel medio duro para anisado, y el último dice: Pues yo pongo una fisca para pan. A lo que todos a una exclamaron: Pero hombre, ¡¿vas a poner una panadería?!... O sea, que ya nuestros abuelos a lo que se ve tenían sentido del humor.


Escribieron novelas cortas, algunas largas y también teatro. Seguramente por esta última dedicación a la Literatura tuvieron su nombre en el Teatro Hermanos Millares en el Puerto de la Luz por la zona de la Puntilla que luego sería durante muchos años el Cine Millares.

Te deseo un buen día. Se feliz.

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