martes, 2 de septiembre de 2008

Gomera - Playa Santiago

Hola a todos. Va a ser media noche y aprovecho la oportunidad que me da el Hotel Tecina de escribir este primer avance de mis impresiones sobre La Gomera. Aprovecho además, porque hace poco minutos ha terminado la actuación de un grupo folklórico del pequeño pueblo pesquero donde está el hotel: Playa Santiago. A media distancia de San Sebastián, capital de la isla, y de Valle Gran Rey que es el principal punto turístico de ella. Tengo una impresión que quiero compartir contigo: no vengas a esta pequeña y maravillosa isla con la falsa idea de que puede verse en tres días. No. Ven con el pasaje de vuelta abierto, si te es posible, y gózala tranquilamente sin agobios. Recréate en sus paisajes que van desde el mar hasta la montaña. Siéntate tranquilamente en cualquiera de sus calas y oye el rumor del mar. Siente el viento y déjate acariciar por el sol. Visita como nosotros hicimos hoy su capital y ponte junto a la Torre del Conde que parece que te protege. Visita la Casa de la Aguada en cuyo pozo Cristóbal Colón pudo abastecer a sus naves en la epopeya del Descubrimiento de América. Transita tranquilamente por sus calles y acércate a su iglesia. Párate y disfruta del mar y de los barcos.



Luego sube hasta las montañas medio cubiertas por las nubes. Adéntrate en el bosque del Cedro ya dentro del Parque Nacional de Garajonay y vete viendo poco a poco los árboles de laurisilva, lleno de verde en sus troncos, fruto de la humedad. Pasea tranquilamente desde la carretera general hasta el caserío del Cedro y entra en el restaurante La Vista a comer un buen plato de potaje de berros servido en plato de madera, y luego, una estupenda carne de cabra. La vista hoy, para nuestro desconsuelo, estaba oculta por las nubes bajas, pero eso sí, pudimos ver unas preciosas flores y unos caballos fuera de sus cuadras. Seguimos nuestro camino por carreteras que como es sabido sube hasta la cumbre de la isla o baja de ésta. Pasamos por estupendos palmerales que ya habíamos visto en la mañana y nos deleitamos viendo los Roques que están en el camino.



Sin ser exagerado creo que la isla merece la pena vivirla. Estar un tiempo en ella hasta acercarse a sus encantos, como el encanto que tiene el sonido de las chácaras, instrumento de La Gomera parecido a las castañuelas, más grandes que éstas y con voz grave que se acompaña con el tambor. Como el encanto del Tecina en donde estamos, en el que veo que el hombre se ha puesto al servicio de la Naturaleza y ésta le paga con holgura. Pequeñas casas de uno o dos pisos y grupo de diez o doce apartamentos, separados por veredas o calles, edificio de recepción y comedores, piscinas, bar y salas de esparcimiento forman el complejo hotelero junto a una exuberante vegetación. Está construido en lo alto de un risco y su nombre se debe al del barrio que está junto a él. Para bajar a la playa han construido un ascensor que va por una oquedad de no menos de quince metros abierta en la roca. Al pie, piscina de agua salada y pequeño campo de golf junto a las plataneras. Junto al ascensor, en la primera noche y por ser zona con poco punto de luz, sobrevolaban las pardelas...

Estamos a mitad de vacaciones y nos queda mucho por ver. Ya te seguiré contando. Buenas noches.

Te deseo un buen día.

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