martes, 29 de abril de 2008

Cantabria 6 - Castro Urdiales, Laredo y San Vicente

Por Liendo pasa corriendo,
en Islares ni te pares,
en Ontón en cada casa un ladrón,
y en Cerdigo ni te digo.
Así que a uno no le queda más remedio
que meterse en Castro Urdiales
para respirar tranquilo.



Hola a todos. Estuvimos en Castro Urdiales casi recién llegados en una estupenda mañana de primavera. Subimos una pequeña pendiente hasta la bella iglesia de la Virgen Blanca o de Nuestra Señora de la Asunción. La Virgen Blanca es una bonita estatua del siglo XIII policromada que seguramente fue escondida cuando la invasión de los franceses y que unos niños encontraron tiempo después junto a la iglesia. La Asunción es la Virgen que precide el altar mayor de esta iglesia de estilo gótico normando que tiene la particularidad de unos arcos interiores, no vistos en ninguna otra iglesia gótica, superpuestos para evitar el desmoronamiento del templo. Cuenta la tradición que la iglesia tenía puertas separadas para hombres y mujeres; tiene preciosas vidrieras tras la girola (detrás del altar mayor donde giraban los peregrinos) y cuenta con una Dolorosa de Alabastro y un Cristo sin un brazo; también pudimos ver dos conchas de nácar puro traídas finales del siglo XVII de Filipinas. En esta villa marinera cercana a Euskadi que es Castro Urdiales, pudimos tomar unos pinchos con txakolina que es una bebida vasca; reconozco que a mí me gustó más unas raciones de boquerones con unas copitas de vino del país, escaso según me barruntaba, mientras admirábamos los pequeños barcos anclados rodeados de bandadas de gaviotas.




Una tarde, al regreso de una excursión, nos fuimos a San Vicente de la Barquera, población junto al mar con una bahía impresionante casi cerrada entre las puntas de dos promontorios. Vinimos por la carretera antigua para ver de lejos la perspectiva de la iglesia y del castillo en lo alto de un monte con la ría abajo. Tuvimos la suerte de entrar en la iglesia dedicada a Ntra. Sra. de los Ángeles y admirar desde su plaza el magnífico espectáculo del atardecer. La iglesia de estilo gótico del s.XIII tiene la particularidad de que sus pisos son de madera, de trozos del tamaño de un ataúd, puesto que su parte inferior es un auténtico cementerio. Al lado de la iglesia hay un edificio, antiguo hospital construido por Antonio del Corro, hoy Ayuntamiento; es de estilo renacentista con decoración plateresca; y un poco más abajo en la calle que recorríamos con un viento frío del demonio está el castillo. Esta villa de San Vicente tiene en una pequeña cueva la imagen de la Virgen de la Barquera y celebra una procesión marítima todos los años llamada folia.




En Laredo estuvimos el último día por la mañana. Celebran aquí desde hace cien años la fiesta de la flor, y también el desembarco de Carlos V cuando regresó en 1556 desde Bruselas para ir al monasterio de Yuste, y las hogueras de San Juan. Es importante ciudad turística, capital de la costa esmeralda, con una playa de siete kilómetros hasta llegar a la de Regatón. Cuenta con la cofradía de pescadores más antigua de España y el monasterio de san Martín del año 1037. Ayudó con sus marineros a Fernando III el Santo en la conquista de Sevilla por lo que obtuvo importantes beneficios; incendios y peste le hizo retroceder en el siglo XVI. Por esta ayuda su iglesia que iba a tener sólo tres naves podemos verla hoy con cinco; iglesia del gótico cisterciense que cuenta con un retablo de Nuestra Señora de Belén si bien la iglesia está bajo la advocación de Ntra.Sra. de la Asunción por deseo del rey. Esta población ya aparece en las cantigas de Alfonso X el Sabio y de su puerto salió la malograda Armada Invencible.





árboles entrelazados en las calles de Laredo


Si en Castro nos tomamos los boquerones, en Laredo para despedirnos nos sirvieron unas exquisitas anchoas; me engañaron, sin malicia supongo, con el vino, puesto que lo pedí de Cantabria y nos lo sirvieron de León, eso sí, muy rico. Ya digo que por aquí hay muy pocos viñedos y a falta de vino lo que si tienen es un exquisito orujo que se obtiene de la vid. De almuerzo, el marmitako, que es un plato con papas cocidas y tiernas y bonito jugoso y blanco, formando un conjunto caldoso muy rico al paladar, y de segundo, puré de papas con carne mechada que nos dejan las ganas de volver.

Castro Urdiales, San Vicente de la Barquera y Laredo tienen en común el haber disputado la capitalidad a Santander, siendo esta última, que da nombre a la provincia, la que a la postre terminó siendo capital de Cantabria.

Te deseo un buen día.

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