viernes, 11 de julio de 2008

En tiempos de...

Hola a todos. Doña Agustina González y Romero, malllamada "La Perejila" tal como nos cuenta Néstor Álamo en su libro de biografías, bien pudo haber sido una de nuestras tatarabuela. Nació, vivió y murió la poetisa en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria (1820-1897) , sin que su vida fuera un jardín de rosas. Nos dice su biógrafo que "el tránsito terreno de doña Agustina fue más que desnivelado dentro de una uniformidad de línea; soledades, incomprensiones, desdenes bajo piélago de pasiones con que ella se autolesionaba". No es de extrañar que de su boca saliera -y luego fueran recogidos en papel- los versos como púas conque arremetía contra aquellos que trataban de molestarla. Versos afilados que iban también contra los parientes que la arrojaron a la calle. En el libro, Néstor une a la figura de la bardina, como él la llama a veces, otros muchos personajes contemporáneos de ésta. La mayoría dedicados también a hacer ripios y sonetos por lo que me queda la impresión de que en aquellos lejanos entonces, la gente, sin otros menesteres ni entretenimiento en los que ocuparse, se divertían componiendo poesía satírica.

Así podemos leer esta Improvisación de don Mariano Moreno y Magdaleno, tío de doña Agustina y clérigo poeta:

"Observa cómo salta,
repara cómo brinca,
la hija del vecino,
la bella Joaquinilla.

Mira, mira que besos
se deja dar la linda.
¡Cómo la hostiga el mozo,
cómo chusco la obliga...!

Más ¡ay! Que ya la tiende,
¡Adiós! ya está tendida;
caramba, que la jode,
¡Abur... ya está jodida..."

Más o menos lo que nos cuentan hoy en televisión, pero con rima. Aunque hay otras, naturalmente, con no tanta 'mala uva'. Como ejemplo ésta del bohemio Roque Morera a la muerte de un amigo:

"Mil veces te oí decir
de la noche en el misterio:
'Gocemos, que de dormir
hay tiempo en el cementerio'"

Pero volvamos con doña Agustina. Según leo, fue a partir de 1868, cuando ya estaba cerca de los cincuenta, cuando 'le entró el diablo en el cuerpo'. A partir de entonces arremetía contra todo bicho viviente. Pero tiene poesías llenas de sensibilidad y de pena como este fragmento de la titulada ¡AY!, que fue escrita tras la muerte de una niña, que Néstor Álamo nos permite ver que bien pudo ser su hija:

.......
"Virgen del Carmen Santísima,
dale tregua a mi dolor;
tú que me la arrebataste,
no me dejes morir, no,
de esta agudísima pena
que me arranca el corazón.

Hija de toda mi alma,
no puedo ser feliz yo
desde el terrible momento
que cesó tu dulce voz".
...........................

Otras muchas poesías he podido leer y disfrutar en el libro. Pasar más de éste al blog sería una calamidad y seguro que no te vendría bien. Más bien pensado... ¿Por qué no acabar con este ripio?

"A Magdalena, la hermosa,
un 'viento' se le escapó
y Serafín preguntó:
-¿Qué fue eso, Magdalena?
-¡Ay, Serafín! no lo sé;
un aire fétido fue
de las regiones mierderas,
que como son tan ligeras
se me escapó para usté..."

P.S. El nombrete de "La Perejila" le viene a doña Agustina por parte de padre, ya que a éste le terminaron llamando 'el perejil' por un hecho gracioso que viene narrado en el libro, y que a lo mejor en otro blog te lo copio.

Te deseo un buen, y ventilado, día.


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