martes, 22 de julio de 2008

Nuestro timple

Hola a todos. Te cuento. Iba deambulando por la calle de Triana, golisniando en los escaparates y me tropiezo con un cartel que anuncia la presentación de un libro. Me pica la curiosidad pues el libro lleva por título "Construye tu timple" y tomo buena nota de que será tal día en el Círculo Mercantil de Las Palmas. Así que aquí nos tienes en la Sociedad donde tan buenos bailes de carnaval y de fin de año disfrutamos en tiempos pasados. Sigue siendo este club de la Plaza de San Bernardo un club señor, con abundantes y magníficos cuadros colgados de sus paredes, la vitrina con placas de reconocimientos por la labor desarrollada y la lista de los Presidentes en tantos años de andadura. Sigue funcionando su pequeño bar restaurante, espero que con tan buenas 'tapas', whiskies y vinos como antaño. Lo que encuentro cambiado, a peor, es el salón de baile; ha desaparecido aquel techo tan alto y los palcos y corredores que daban prestancia al salón. Ignoro las causas, aunque, no hay mal que por bien no venga ya que ahora ha quedado como un saloncito encantador apropiado para actos como el de hoy, con casi lleno entre amigos y curiosos.



En el escenario y sobre una mesa adornada con un paño calado típico en Canarias, dos timples nos dan la bienvenida. Luego y para acompañar al autor del libro don José Luis Villar, un grugo folklórico compuesto por veinte personas que tocan guitarras, laudes, bandurrias y timples y cantan canciones nuestras, que se hacen llamar "Balcón del Guiniguada" y que son del Lomo Apolinario. Presenta al escritor con sentidas palabras un amigo de éste y nos dice que José Luis aunque catalán de origen es canario de adopción y que se unen con él nuestro Atlántico con su Mediterráneo. Habla de su libro el señor Villar y de como, observando el trabajo de los artesanos en el arte de construir el timple, con algunos que le dan algo de información y otros que se la reservan, va poco a poco conociendo el intríngulis para poder hacer un buen instrumento. Fruto de tanta paciencia, además de los timples que ha construido este barcelonés, son las 142 fotografías que componen el libro (el primero editado con técnicas paso a paso para la construcción del timple) comentadas cada una de ellas con sencillas y cortas explicaciones.

Me queda a mí después de leerlo, sobre todo, el conocer la importancia de la madera; de las buenas maderas que son necesarias para construir tan pequeños, bellos y sonoros instrumentos -timple de concierto o timplillo-: cedro rojo, palo santo, palisandro, ébano, pino blanco, cerezo, venidos de países tan distantes como Canadá, Estados Unidos, Tailandia, Ceilán o Guinea.

Junto al grupo ya mencionado que nos deleitó con malagueñas, seguidillas, mazurcas y otras canciones como 'No volveré; actuó el señor Héctor Morales, profesor de música que como gran virtuoso tocó para nosotros con su timple "Sombras del Nublo" y otras canciones canarias; tres señoras leyeron unos poemas; terminando el acto los del Lomo Apolinario con otros variados pasacalles. Lo digo: buen rato y muy emotivo que hizo que José Luis Villar al final del mismo -al firmar ejemplares de su libro- no pudiese esconder su emoción.


Deseando que el timple nunca nos falte, te deseo un buen día

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